¿Para qué escribo? Para comunicar algo. Escribir me resulta un reto, me divierte, es un placer ir resolviendo cada fase, cada pequeño paso de la narración de la manera que considero más adecuada, más atractiva para el lector, más bella, que mantiene el ritmo y el suspense. Sin embargo escribo para expresar, para decir, para mostrar.
Durante muchos años creí saber que tenía cierta facilidad para manejar las palabras, pero llegando al planeta Tierra a estas alturas de la Historia, me daba la sensación de que, con toda seguridad, ya estaba todo dicho, y que yo difícilmente podría aportar algo nuevo o informarlo de una forma original.
Sin embargo no descuidé mi formación ni mi lectura, hasta que comprendí cuál podría ser mi contribución, si es que finalmente me decidía a escribir para otros: contar lo que yo considerara relevante de la manera en que fuera comprendido en mi medio, en mi entorno, en mi tiempo, pensando en un público concreto.
Oír cuentos siempre me había gustado, leer historias me apasionaba desde bien pequeña, pero ocurría que, a medida que las ficciones y lecturas se volvían más adultas, se llenaban de desorientación, dolor, oscuridad y vacío. Y es en este punto donde, sin grandes pretensiones y con humildad, pero con el convencimiento del que ha conocido al Señor y las buenas noticias de su Evangelio, pensé que podía aportar algo de luz y esperanza.
Hasta hoy mi propósito es dedicarme a la novela breve para entretener, acompañar, apasionar… ¿Qué pretendido escritor no anhela esto mismo? Pero también, en mi caso particular, deseo comunicar una posibilidad de esperanza para el ser humano, una opción de vida que excluye la soledad absoluta y traza un rumbo. Y ello a través, quizá, de un personaje, de una escena, de una frase, pero nunca obviándolo porque, si no anunciamos este tesoro los que lo conocemos, me pregunto quién lo hará, entonces, a través de la escritura.
En el entretanto de la elaboración de una novela, que por lo general supone un mínimo de dos años en mi caso, sigo escribiendo, pero relatos de menor envergadura. Ahí disfruto creando cuentos cortos y artículos de opinión. Y la idea sigue siendo la misma: principalmente, comunicar algo. En el primer caso, creando mundos y seres ficticios, donde lo que ocurre dibuje también una atmósfera, y lo que pretende es dejar una pequeña huella en el lector, un momento de visita a otros universos. En los artículos, exponiendo, argumentando, esperando réplicas también, pero sobre todo pretendiendo que la idea desarrollada haga reflexionar mínimamente. Y eso me gusta intentar abordarlo de una manera que capte la atención porque, como ya he dicho más arriba, tengo la sensación de que casi todo está dicho ya y no veo por qué mis impresiones, mi punto de vista, mis disquisiciones, pudieran interesar demasiado a nadie en particular, a excepción de esos amigos que te buscan y te siguen en estos menesteres, o a esas otras mentes curiosas, que te encuentran por su avidez de letras y palabras.
jeje, es increíble! porque ami me encanta escribir..,siempre me pregunte porque me gustaba tanto.., mis pensamientos..todo! jeje
Y me sorprende porque puedo leer y a su vez respirar un aire de pasion por la escritura…!!!!!!!
Amí me encanta escribir febe! jeje, nunca he escrito cosas como novelas..,pero de un fondo de admiración por lo sencillo.., he escrito pensamientos mios propios que me han ayudado a reflexionar y a desahogarme….
..=)..
Sigue así!!!.
Un besito
Mola la carta. No mola la desilusion reinante. Es como el chiste: estoy tan desencantado de todo, que si mi mujer se va con alguien, yo me voy con ellos…